Inspirado en 2014 por un grupo de soldados amputados, Juan Carlos impulsó en 2015 el primer Torneo Nacional de Fútbol de Amputados en Boyacá, y un año después, la Copa Confederaciones con selecciones de Brasil, Argentina y Colombia, donde se vivió un histórico acto de reconciliación entre exsecuestrados y un exguerrillero. Desde entonces, la iniciativa ha rendido homenaje a víctimas del conflicto, promovido torneos nacionales e internacionales y patrocinado a atletas paralímpicos en competencias de alto nivel, logrando hitos como el campeonato mundial de la Selección Femenina de Fútbol de Amputadas en 2024.

Esta iniciativa que ya cuenta con una década de trayectoria ha beneficiado a más de 600 deportistas en Suramérica en disciplinas como fútbol de amputados, paracycling, esgrima en silla de ruedas y para-natación.