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Estos son los ganadores de Titanes Caracol 2016

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"Aquí nadie paga un peso de matrícula o de pensión porque el niño debe tenerlo todo", dice el padre Guerrero, al indicar que el único compromiso que adquieren los menores de edad es querer ser grandes y prepararse para buscar una beca que les permita ser profesionales sin ningún costo." data-share-imageurl="https://titanes.noticias.caracoltv.com/sites/default/files/Isaias_Guerrero_Educacion.png" style="position:fixed;top:0px;left:0px;">
16 DE Septiembre DE 2017

Estos son los ganadores de Titanes Caracol 2016

Con un total de 250. 842 votos, el doble de lo obtenido en la anterior versión, este año se eligieron a seis líderes que promueven iniciativas autosostenibles en pro del mejoramiento de sus comunidades.

Las votaciones virtuales en esta ocasión fueron 250.842 votos, más del doble que se obtuvo en la pasada edición.

Durante la gala se presentó Doctor Krápula y Mojito Lite, quienes aparecieron en el escenario junto a Cali y el Dandee y Andrés Cepeda.

Estos son los ganadores:

Producir para enseñar 

En la categoría de educación el ganador fue el padre Isaías Guerrero, un sacerdote que desde hace 40 años brinda educación gratuita a jóvenes de estratos 1 y 2 de Ciudad Bolívar, en Bogotá. Su trabajo es totalmente sostenible. Con el dinero que generan  un taller de artes gráficas y uno de inyección de plásticos, es capaz de mantener los megacolegios, que están entre los diez mejores de la ciudad. Para Guerrero, su labor es producir para educar. En 26 años ha logrado que 850 de sus exalumnos sean profesionales, por lo que su próxima meta es hacer de su colegio una universidad de alta calidad en el sur de la capital.

El poder de caminar

En tecnología y conectividad, el ganador fue Freddy Luna, un joven ingeniero mecánico que luego de graduarse de la universidad se dedicó a construir un exoesqueleto para que las personas de menos recursos pudieran volver a caminar.

El proyecto “Exoesqueleto resurgir” es un traje que funciona con motores eléctricos, manejados por una batería de litio. La estructura les permite a las personas pararse y dar pequeños pasos, de la misma forma que alguien se ejercita en una máquina elíptica.

El traje no sólo da movilidad, sino que además les ayuda a prevenir escaras por infecciones, afecciones en los músculos u osteoporosis. Además del traje robótico, Luna adapta motos para personas con discapacidades motrices. Ahora estructura un modelo para soldados heridos en combate y un traje para Luis Fernando Montoya.

Resonando paz

En la categoría de Cultura, el ganador fue Pablo Jiménez, mejor conocido como Pablo Tambor. Un maestro de danza, música y arte que cada noche convoca a más de 60 niños, jóvenes y adultos en Arauca.

La misión de este profesor empírico es enseñarles a sus alumnos a sentir amor por el folclor y la cultura. Su compromiso con el folclor nacional lo ha llevado a enseñar ritmos que van desde la cumbia y el bullerengue hasta guabinas y bambucos.

Jiménez trata de nutrir el tejido social de su comunidad. Su intención a largo plazo es que los niños y jóvenes que forma sean  el relevo generacional que garantice la preservación de los ritmos y danzas colombianos.

Adicionalmente, Pablo Jiménez es el responsable de una escuela de baloncesto gratuita, a través de  la cual vincula a los niños al deporte como paso previo al ingreso en la escuela de formación cultural.

La Casa del Alfarero

En la categoría de Salud y Bienestar el reconocido fue Elkin Zapata, quien desde hace 16 años ha dado refugio en Villavicencio a cientos de personas que han querido dejar las calles y la drogadicción.

Zapata probó por primera vez droga cuando tenía 25 años. Desde ese momento se entregó al vicio, a tal punto que seis meses después vivía en el Cartucho, en Bogotá. Tras pasar cuatro meses en una fundación, salió de rehabilitación convencido de que quería crear un hogar en el que pudiera ayudar a personas que, como él, quisieran recuperar su vida.

Ha sido tal el éxito de su programa, que ha logrado rehabilitar a más de 60 personas, por lo que asegura que su “felicidad no está en cuánto tengo, sino en lo que sirvo”, tanto a su familia como a las personas que decidió ayudar.

Cuidadores de tierras

En la categoría de Sostenibilidad Ambiental el ganador fue Camilo Prieto, un cirujano y filósofo que lidera un proyecto  con el que pretende que los pueblos wayuus aprendan sobre el cuidado de los recursos naturales. Para ello creó el grupo Yaya Waymajuin tu u maapakat, que en wayunaiki significa cuidadores de la tierra, para que a través de talleres y jornadas de siembra de especies nativas los indígenas preserven su territorio y se concienticen sobre la importancia de no arrojar basuras ni utilizar bolsas plásticas. Con esta iniciativa, Prieto ha llegado a siete comunidades de La Guajira, Chocó y Guainía.

Deporte contra la violencia

En la categoría de Gestos de Reconciliación el galardón correspondió a  Óscar Piñeres, un “skater” que enseña este deporte en los barrios más vulnerables de Bucaramanga, para que los niños no caigan en las drogas, el pandillismo o el delito.

Su trabajo comenzó en el barrio San Martín, luego de que uno de sus mejores amigos fuera asesinado por ladrones en un parque. Sin ningún interés monetario les enseña a los menores a montar en sus tablas. Piñeros asegura que uno de sus principales sueños es que alguno de sus pupilos pueda participar en los Juegos Olímpicos.

Autor: 
Redacción El Espectador